lunes, 22 de febrero de 2010

3.3 Postproducción

Terminado el proceso de rodaje, comienza el de montaje y sonorización. Siguiendo el guión y los partes de cámara elaborados durante el rodaje, se localizan y revisan las tomas y se procede a su ensamblaje a partir del copión, que es la copia positiva obtenida a partir del negativo con el que se ha rodado. A partir de él se hace un primer montaje, convirtiéndolo en la llamada copia de trabajo.

Todas estas operaciones se realizan con un aparato denominado moviola, que proyecta la película en una pantalla translúcida. La proyección puede analizarse a diferentes velocidades, con el fin de facilitar la localización de fotogramas concretos e ir cortando y empalmando la película.

Tomando como referencia la copia de trabajo, se buscan por la numeración los fragmentos negativos, luego se ordenan y pegan los seleccionados para sacar las copias estándar, copias de la película cuya banda sonora ya está sincronizada con las imágenes, listas para su proyección. La primera de ellas se denomina copia cero. El laboratorio hace las correcciones de color y densidad necesarias para que la película tenga la uniformidad fotográfica o el equilibrio cromático requeridos por el director de fotografía. Este proceso es el etalonaje.

El montaje en cine se hace cortando y pegando, pero en vídeo la cinta no contiene imágenes visibles a simple vista sino partículas magnéticas sobre las que se ha codificado la información audiovisual. El montaje en vídeo se llama edición y se efectúa por copia selectiva de fragmentos a partir de la cinta donde está la grabación original.

El equipo humano que interviene en el proceso de postproducción es mínimo, igual que las tareas de producción, que se limitan a controlar el tiempo que se emplea en las salas de montaje y de sonorización alquiladas, el trabajo de doblaje, el ajuste del presupuesto, la calidad final, etc. Se asegura, en definitiva, que el producto final se realice y esté a tiempo.

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